Una niña (Natalie Wood) vive en el bosque con su abuelo en estado casi salvaje. Cuando éste muere, se dirige al pueblo y encuentra por el camino a un perro abandonado que ha caído de un avión. El médico del pueblo los acoge en su casa. Debido a su vestimenta y a su espontaneidad, la niña será objeto de las burlas de los demás niños y chocará con la hipocresía de una sociedad convencional.