Cuando la hija de John Harris es gravemente herida en un accidente de navegación, el hospital le dice que ella va a necesitar una transfusión de sangre urgente. Debido a sus creencias religiosas, Harris se niega a dar el permiso y la niña muere. Cuando la investigación libera a Harris de toda culpa, el médico a cargo del caso intenta llamar a la policía para presentar cargos de homicidio contra Harris.