Will y Maura, a pesar de sus problemas conyugales, deciden ir a España y vivir en la finca ancestral de Maura, trayendo con ellos a su hija Aubrey. Pero pronto, por sucesos extraños en la casa, un sacerdote local les confiesa que los antepasados de Maura practicaban la magia negra, y las propias inseguridades de Maura amenazan con llevarla al terreno del mal.