Un preso (Chamberlain) coacciona violentamente a otro para que le revele el escondrijo donde oculta el botín, pero acaba matándolo sin obtener ninguna información. Una vez en libertad, se dirige al pueblo donde vive la familia de la víctima y se presenta como el confesor del ladrón. Consigue engañar a todo el mundo, excepto al hijo pequeño del hombre al que mató. Versión televisiva del film homónimo de Charles Laughton (1955) que protagonizó Robert Mitchum.