El marqués Philippe de Montfauçon, un gran terrateniente, acude a su castillo de Bellenac, donde sus sirvientes le dan cuenta de las malas cosechas de la temporada. Aunque obliga a su esposa y a sus hijos a permanecer en Londres, éstos finalmente se desplazan a Bellenac. Una vez allí, su esposa descubre perpleja cómo su marido y sus empleados practican viejos ritos paganos cuya finalidad desconoce.