Retrato de una personalidad excepcional: Sergio Abel, un individuo con el coraje suficiente para trascender la mediocridad de lo cotidiano. Quizás la clave para comprender esa reciedumbre existencial, la ofrezca él mismo cuando apunta: «Me siento como una matica en el concreto: con mucho poder dentro de mí, pero limitado por el medio exterior».