Pedro pasa la noche en casa de su amigo Christian, que no pasa por su mejor momento con su mujer Chari. Piensa que ese alojamiento será algo provisional hasta que pueda volver a encontrar un lugar donde quedarse en el centro. Pero Yanira, una vieja amiga del barrio, lo visita en la fábrica para decirle que su viejo mentor moribundo Tito quiere verlo. Aunque es lo último que le gustaría hacer, termina accediendo y visitándolo en el poblado chabolista donde está escondido. Éste lo ha llamado para pedirle un favor: que vaya a recibir a Fati, su antiguo mejor amigo, que sale de la cárcel tras doce años preso y que finja ser el de siempre cuando lo haga. Pedro se disfraza del Grasa y se reencuentra con una parte de su adolescencia con un colega que quiere aprovechar su primer día de libertad sin saber que Pedro está viviendo también una vuelta al barrio.