Después de una noche difícil, Morgane se despierta en casa de Karadec y, durante el desayuno, la vergüenza es más que palpable... Afortunadamente, ambos están llamados a una nueva investigación: se ha encontrado el cuerpo de un piloto de avión... Bueno, en realidad no un piloto de avión, un repartidor de comida rápida. Bueno... Un repartidor de comida rápida que escondía fajos de billetes en su apartamento... Morgane y Karadec tendrán que resolver el asesinato de este joven con muchas caras.