El naturalista une a conservacionistas que rastrean jaguares etiquetados. Después de un primer día sin éxito, Nigel observa armadillos y pécaris alrededor del rancho, teniendo cuidado para no ser descubierto por éstos últimos, unos peligrosos animales parecidos a los cerdos. Finalmente tiene la oportunidad de ver a los grandes felinos en su hábitat original.