Gakian se apunta al selecto club de lectura de Valeria Ros para descubrirle a la cómica que Rosalía no es la única en entonar hentai. La personalidad de internet se sumerge en un relato erótico en el que a pesar de la papiroflexia, los lengüetazos y un gato un tanto arisco, es posible ronronear al ritmo del amor.