En los años 70, Sansa y dos vecinos arrendan la montaña de Tor para realizar una estación de esquí. Ruben Castañer, quien cuenta con dos inversores ingleses, es el encargado del proyecto. Algo que enoja a Palanca y hace que la tensión entre los dos bandos se multiplique. De hecho, en 1980 aparecen dos muertos. Pero la historia da un giro cuando Sansa hereda la montaña e intenta anular el contrato. Una decisión que pone en el punto de mira a quienes fueron sus socios.