En el siglo XIII, las mujeres de Canarias, como las aborígenes de La Palma, demostraban una notable independencia y habilidad en sus roles, incluso liderando batallas. En el reino de Asero, la hija del rey, Tenerina, toma el mando para recuperar rebaños robados por los pastores de Tagal. Con astucia, emplea un perro amaestrado y una jauría de perros salvajes para recuperar el ganado. Mientras tanto, Gadar Gón, en la Gomera, se convierte en un legendario guerrero tras superar duras pruebas de entrenamiento y enfrentarse a bandoleros. Además, los brujos de la época, como Samar, jugaban un papel crucial en la vida de los habitantes, realizando rituales para asegurar la lluvia y la prosperidad. Esta rica tradición muestra el valor y la sabiduría de los canarios a lo largo de la historia.