Hagoromo explica a los Hokages la situación en la que se encuentran los demás y les pide su ayuda para elaborar un jutsu cuando el momento sea el oportuno. Mientras tanto, en otra dimensión, Óbito desfallece pues le quedan pocas energías y tiempo de vida, le preocupa incumplir otra promesa y recuerda sus momentos en Konoha con Rin, Kakashi y Minato, así, saca fuerzas de debilidad y regresa a la dimensión de hielo junto con Sakura y Sasuke. La pelea entre Naruto y Kaguya continúa, esta ha determinado que el original es aquel quien porta las Gudou Damas por lo que le ataca con su Tomogoroshi no Haikotsu, los demás clones se interponen y bloquean el ataque. Mientras, Kakashi medita en la frustración que siente al no poder ayudar a los demás; Óbito, Sakura y Sasuke regresan y ante esa distracción Kaguya atrapa a Naruto y lo atraviesa con uno de sus huesos, se convierte en ceniza y muere, sin embargo, en esta ocasión también se trataba de un clon de sombras, a quien había traspasado sus Gudou Damas. Kaguya comprende que ahora que Naruto y Sasuke están reunidos no hay otra opción y debe utilizar cuanto chakra sea necesario, por lo que les traslada a una dimensión con supergravedad, los movimientos se vuelven complicados para todos, inclusive para Kaguya, quien vuelve a utilizar su técnica mortal para convertir en ceniza a Naruto y Sasuke logrando esquivar el primer ataque, a pesar de ello, ante el segundo se encuentran indefensos. Kakashi piensa que quizá esa sea la última forma en que puede ayudar y corre junto con Óbito para servir como escudo; pareciera que ambos no llegarán a bloquear el ataque, pero el espíritu de Rin interviene, les toma de las manos y les da ese impulso que necesitaban para colocarse frente a Sasuke y Naruto. Ambos están listos para morir, pero Óbito, utilizando por última vez su Kamui, envía a otra dimensión el proyectil de hueso que se dirige hacia Kakashi, salvándole de una muerte segura.