Un giro inesperado cambia la vida de los policías de San Antonio. Paco, Mariano e Ika vigilan el parking donde se va a producir una venta ilegal de escopetas de caza. La misión se complica cuando descubren que la furgoneta sospechosa esconde una ojiva nuclear. Aunque logran escabullirse de las bandas rusas y angoleñas implicadas en el tráfico de armas nucleares, los tres agentes se empeñan en seguir la pista de la ojiva. Acabarán en un aeródromo en medio de un tiroteo que nadie sabe cómo ha empezado. Sara, que ahora ejerce de inspectora en Barcelona, visita a su padre. Es evidente que Paco añora a su nieto Paquito y que todavía conserva la esperanza de recuperar a Lola, su exmujer. Descubrimos que Sara y Lucas mantienen su relación de pareja y que este tendrá mucho que ver con el cambio radical en la trayectoria profesional de los policías de San Antonio