En Alaska, los submarinistas del Calypso filman la migración del salmón rojo, que, en un azaroso viaje de cinco años, abandona las aguas del lago Fraser y alcanza las gélidas corrientes del Pacífico Norte, para volver luego al punto de partida y morir. El prolongado itinerario está jalonado de peligrosos desafíos, como sortear los saltos de los ríos sin estrellarse conyra las rocas o eludir las diversas emboscadas que tienden las "águilas pescadoras". El centro de esta odisea es la reproduccion. Cumplido este mandato de la naturaleza, el salmón rojo se dispone a morir, cinco o diez días después del apareamiento. Los hombres del Calypso siguen paso a paso esta larga marcha y filman sus momentos culminantes. El resultado es una sucesión de imágenes que parecen desvelar las claves más profundas y herméticas de la naturaleza.