En su camino a casa desde la escuela, Haruka y Kazuha son interrumpidos por un frenético Yahiro, quien está preocupado por la no aparición del siempre responsable Akira como de costumbre. Descubren a Akira en su casa, colapsada por el agotamiento, y Kazuha procede a culparse a sí misma y a su enamoramiento por Haruka por no darse cuenta de la condición de Akira. Akira se recupera unos días después, pero confronta a Kazuha por su abandono de Haruka y el inapropiado sentimiento de culpa que siente por las acciones de su padre. Al darse cuenta de la verdad de las palabras de Akira, Kazuha cae en un estado de depresión mientras lucha por determinar qué hacer.