Harry es un agente de policía con un historial aparentemente modélico. Nunca ha utilizado su arma reglamentaria y además ha resuelto varios asuntos importantes, como salvar al hijo de un senador. Pero su último caso le lleva a ser acusado de quemar, estrangular y apalear a sospechosos. Esto podría llevarle al final de su carrera. Pero realmente lo más difícil no será enfrentarse a su castigo profesional sino a los fantasmas de su pasado. Y es que Harry cree que todo el daño que hizo fue necesario para hacer el bien.