Con la llegada del otoño, el ambiente en Sagrillas es más triste y los Alcántara empiezan a echar de menos algunas cosas. Antonio tiene que estar pendiente de sus negocios en la ciudad y tiene que desplazarse de manera precipitada a Madrid. Mercedes lleva una vida de lo más tranquila en el pueblo, pero tiene que convivir con las habladurías de los vecinos que interpretar las cosas a su manera.