En 1917, durante la Primera Guerra Mundial, el rey Jorge V decide cambiar el nombre de la de la Casa de Sajonia-Coburgo y Gotha por el de Casa de Windsor, para dejar atrás su origen germánico y afianzar su compromiso con los británicos. Cuando Jorge V fallece, el príncipe Eduardo accede al trono, pero su reinado será corto y abdica para casarse con Wallis Simpson, una estadounidense divorciada. En la madrugada del 12 de diciembre de 1936, Eduardo abandona el país y se exilia. Al hacerlo se consuma el primer gran escándalo real y sume a la monarquía británica en el caos.