Michaela desarrolla miedo y preocupación por Brian, quien se ha hecho amigo de un de un hombre aparentemente inofensivo, pero muy excéntrico, quien cree que es un ave y se cubre con plumas para intentar volar. Martin Von Hoffman, el hombre pájaro, no sólo trata de volar, sino que también duerme en un nido y literalmente picotea su comida cuando Michaela lo invita a casa a cenar. Para sorpresa de Michaela, Martin resulta ser un fugitivo de un asilo de dementes de Nueva York. Ella está en un dilema entre regresarlo al asilo o permitirle proseguir en paz con su autodecepción. Mientras, Michaela recibe malas noticias de Oliver Wendell Holmes, el famoso abogado al que le pidió ayuda con la defensa de Sully.