Aria y el grupo de jóvenes caballeros (Kōga, Yuna y Sōma) llegan a una villa que Sōma recuerda muy bien. En principio el lugar luce desierto y los lugareños se ven rudos, sin embargo, y para alivio del grupo, Sōma es recibido alegremente por estos. Durante la noche Sōma no puede dormir, sale a caminar y se detiene en la tumba de su padre. Sōma revive viejos recuerdos mientras platica con Kōga. Al día siguiente, el grupo se dirige hasta el reactor de las ruinas de fuego, que es custodiado por Sonia de Avispón Negro. Al saber esto, Sōma se llena de ira para enfrentar a Sonia, quien también lucha con él. Durante la intensa batalla, Sonia le dice que el Caballero de Plata Kazuma de la Cruz del Sur (el padre de Sōma) fue el primer caballero que ella asesinó, y que éste imploró misericordia en sus últimos momentos de vida, al decir esto Sōma se llena de ira y furia, siendo atacada fuertemente por él. Justo cuando el caballero está a punto de dar el golpe final, Kōga lo detiene con sus palabras, recordándole a Sōma la bondad que hay en su corazón, con lo que desaparece su ira. No obstante, Sōma ataca nuevamente a Sonia pero esta vez ataca con mas serenidad, con lo que logra hacerle una grieta en su máscara (algo que ni con su ira y furia pudo hacerlo) y ante esta acción, Sonia escapa. Tiempo después, Sōma y Aria extraen juntos el cristal de fuego del reactor. Finalmente Sōma admite que debe terminar su venganza con Sonia, por lo que se separa del grupo diriguiendose hacia las Ruinas del Santuario donde se encuentra Sonia.
