La reina Rose demuestra ser una gran manipuladora, especialmente en lo que respecta a su familia, cuando hace que expulsen a David de un asunto de estado y lo dejen fuera del alcance de su hija. Como David ahora tiene la tarde libre, Jack, el príncipe, lo lleva a pasar una noche en la ciudad, lo que conduce a algunas situaciones incómodas y comprometedoras. El rey Silas intenta adivinar la voluntad de Dios para salvar a su amado segundo hijo ilegítimo, que está gravemente enfermo.