Según todas las declaraciones del capitán Acuña, la responsabilidad final del naufragio del barco recae sobre Félix. Todo se resuelve felizmente gracias a la intervención de Alex. Eduardo quiere que Míriam aborte, pero ni ella ni su madre lo tienen claro. Todos se reúnen con Manu, en una improvisada y emotiva fiesta de despedida. La fiesta se alarga hasta tal punto que Verónica se queda dormida olvidándose de la llegada de Arturo.