Los problemas económicos en casa de Silvia son cada vez mayores. Ricardo no tiene otra salida que empezar a vender cuadros y otros enseres de la casa, ante la actitud impotente de su familia. Silvia decide tomar cartas en el asunto y le pide trabajo a Quique en el Twister. Mientras tanto, Elena está preocupada por las nuevas amistades de su hermano Alberto.