Shunrei ve una estrella fugaz y empieza a rezar por Shiryū recordando a la vez su infancia en los Cinco Picos, al lado de Shiryū. Deathmask sigue a Shiryū para cerciorar que no regrese, por ello lo lleva a rastras hasta la misma entrada del mundo de los muertos Yomotsu Hirasaki y lo intenta arrojar al agujero. Justo en ese momento, siente la energía causada por las plegarias de Shunrei, a quien ataca con su telequinesis a distancia y la arroja a las profundidades de la cascada de Rozan. Shiryū enfurecido, eleva sus cosmos al máximo y ahora está dispuesto a mostrarle a Deathmask la terrible cólera del Dragón.