En un contexto de agitación política en España tras la caída de Primo de Rivera, las Islas Canarias se enfrentan a una compleja situación electoral y social. En la provincia de Las Palmas, el analfabetismo y el dominio de los caciques influyen en las elecciones municipales, donde la presión de los terratenientes lleva a manipulaciones y amenazas para asegurar resultados favorables. A medida que la república toma el poder y se intensifica la confrontación política, surgen nuevos partidos y líderes, como José Franchy y Rafael Guerra del Río, quienes luchan por la modernización y la justicia social. Sin embargo, la crisis mundial y los conflictos sociales exacerban las tensiones, marcando el camino hacia la guerra civil y transformando el panorama político en las islas.
